El Frío da Miedo, Confesiones de Verano

 

ATENCIÓN: LOS HECHOS PRESENTADOS A CONTINUACIÓN, SON REALES HASTA EN UN 60% SIN EMBARGO EL TIEMPO TRANSCURRIDO EN LA HISTORIA SI PUEDE DIFERIR BASTANTE CON LA REALIDAD

Era sabido que la tarde causaba cierta tensión entre los habitantes de aquel pueblo, pues se rumoreaba que sacaba de quicio a las personas. En medio de todo el drama y circo mediático que se suscitaba por los acontecimientos siniestros de la última semana, me encontraba tratando de armar aquel rompecabezas para saber la verdad y poder tomar una decisión.

Eran 3 los sospechosos acusados de la desaparición de dos adolescentes, uno de ellos era amigo mío. Decidí repasar los hechos una vez más, pero antes iría por un café, pues otra vez me dolía la cabeza y no recordaba nada de la tarde anterior, eran las 5.30 am. 

1ra parte

El reloj de la décima tarde de marzo marcaba las seis menos veinte, Matthew se encontraba en una playa del pacifico, en la zona sur del Perú, estaba compartiendo unas cervezas en vísperas de la 3ra semana de marzo con su viejo amigo y una pareja de recién enamorados que acababa de conocer.

Comento e hizo hincapié, en que ya se podía notar el cambio de estación, por lo que saco una polera para sobrellevar el frío. Habrían pasado al menos diez minutos desde que se había abrigado y ya el horizonte se pintaba de un tono naranja dejando ver sombras que parecían ocultar algo.

De pronto escucha que alguien lo llama por su nombre y decide ir a averiguar qué está pasando, así que, poniendo alguna excusa para ausentarse por un rato, se escurre entre aquellas sombras. Entonces, conforme se acercaba a la orilla del mar empezó a notar que su grupo no era el único en aquella playa aparentemente desierta y al voltear la mirada se dio cuenta, además, que la gente alrededor, los observaba.

-Creo que conspiran algo en mi contra – se dijo mientras seguía avanzando - 27, ...28, ...29, ¡30 pasos! -. los contaba para no perderse y poder regresar, ya que cada vez había más gente, completamente desorientado, advierte una presencia que, a pesar de no poder verla, la puede sentir.

-Tengo miedo- le dice a aquella presencia sin recibir respuesta alguna mientras el viento seguía soplando. De pronto su ausencia empezó a extrañar al grupo, pues ya había pasado un buen rato y no lo veían venir, después un par de horas, la pareja de novios tampoco estaba ya presente.

2da parte

Habían estado planeando este viaje hacia un par de semanas, finalmente el 9 de marzo Elizabeth y Anthony se van de paseo a la playa, el tío de ella decide llevarlos en su auto, pues tenía unos asuntos pendientes que resolver en aquel pueblo. En medio de la carretera y en pleno viaje, se vacían los frenos, sin muchas complicaciones a pesar del altercado logran estacionarse y se quedan varados en la 'Panamericana' a unas tantas horas del puerto de Caraveli, convencidos de que la única opción era pedir a algún tráiler que les de la jalada, se ponen a buscar ayuda en la carretera, cuando finalmente un camión para cerca de ellos, anclan el auto y todos a bordo.

Ya en la cabina del conductor, continuaron su viaje viendo el sol ponerse por el vidrio del vehículo y la negra noche era inevitable. 

Decidieron hacer amena la estadía en la cabina del chofer contando historias de hechos paranormales y viajes en el tiempo cuando de pronto entran a un túnel y ven un hombre de espaldas en medio de la carretera, completamente fuera de sí, a duras penas logran frenar, pero ya no había nadie, solo un perro que salió corriendo de la escena.

3ra parte

-Había quedado encontrarme con Matthew a las 5 de la tarde del 10 de mayo, hora peruana- me dice después de haberle preguntado sobre la pareja desaparecida-. Estaba ya a unos 40 minutos de llegar a la playa cuando veo a una pareja pedirme que los jalara, resulta que se dirigían al mismo evento que yo en aquella playa y debido a que no me gustaba manejar solo por aquella ruta, decido hacerles el favor.

Me contaron que habían pasado la noche allí, un hospedaje al lado de un restaurante y una tienda de multiservicios para los viajeros y turistas locales; su vehículo se había averiado y su tío que los estaba llevando ya se había hecho cargo del asunto al pedir una grúa.

- Ellos dijeron que un camión les había hecho el favor de acercarlos al pueblo – continuo -, pero a pesar de su gran esfuerzo, los termino dejando en aquel restaurant a las afueras del pueblo.

- ¿Y entonces que paso? -pregunte-.

-Ellos decidieron pasar la noche allí hasta que amanezca para pedirle a algún viajero que les dé otra jalada, por cierto, su tío se había ido junto con la grúa. Pero por cuestiones que desconozco, el día siguiente se les paso volando haciendo quien sabe que, hasta que finalmente me los encontré-.

- Tengo entendido que pasaste la tarde con ellos – Le dije -. ¿Como así y por qué de un momento a otro desaparecieron? ¿A dónde te fuiste después de quedarte solo?

- Tenia mucho frío, no lo recuerdo – dijo-.

...

Decidí que dejaría el asunto por un momento, necesitaba despejar mi mente, pero me quede dormido en pleno día, cuando me desperté eran ya las 3.00 pm y decidí ir a la tienda por cigarrillos cuando me encontré con un vecino a quien, después de proponérselo, me dejo hacerle unas preguntas, pues tenía el presentimiento que sabría del asunto y vaya que no me equivocaba con el anciano.

-El frió distorsiona lo hechos, tampoco soportaba los atardeceres, por esa razón mi perro solía salir corriendo cuando se ponía el sol camino hacia ninguna parte, hasta aquella tarde que no regreso - me dijo el vecino cuando fui a interrogarlo -. La tarde me causa miedo también.

- ¿Hace cuanto fue que huyo? - le pregunte al anciano -

- 8 días - me dijo-. Era un perro callejero que había rescatado hacia ocho años

...

    Concluyó aquel día, mi taza de café estaba vacía otra vez y el día siguiente se desvaneció también, se escurría entre mis manos aquel verano que trataba de entender los acontecimientos. Yo ya intuía lo que estaba pasando pero no podía tomar una decisión sin estar seguro.

Después de algunos días de estar obsesionado con lo que venía sucediendo, para mi sorpresa y como por obra del destino que confabulaba en mi búsqueda insaciable, leo en los titulares de un periódico local que las pertenencias de aquella pareja desaparecida, habían sido halladas y entre ellas se había encontrado el collar de un perro.

Entonces entendí que mi amigo Matthew me estaría esperando en la cabaña al sur de aquella playa de Perú, pues le gustaba habitar el circuito de túneles que la rodeaban… Así que empecé a caminar a su encuentro… y mientras el frío me recorría de los pies hasta la cien, pasando por toda mi espina dorsal, iba dejando huellas de cuatro en cuatro y olfateando su aroma, no volvería más.

 

Epilogo

Para poder realizar el ritual y cambiar de identidad, los magos siguen a su víctima por semanas enteras hasta que finalmente todo está listo, pero en los días previos se desorientan con facilidad con los sutiles cambios del clima.